Hoy es un día histórico para la
comunidad gay. Un día después de que la Corte Suprema de Justicia de EE.UU.
examinara si la Propuesta 8 que prohibió en California los matrimonios gay es
inconstitucional, hoy los mismos magistrados seguirán analizando el tema de
estas uniones, pero esta vez oirán argumentos a favor y en contra de la Ley de
Defensa del Matrimonio (DOMA).
Y aunque el veredicto no se dará a
conocer hasta junio, el sólo hecho de que el Máximo Tribunal del país escuche argumentos
sobre la validez de esta ley es de gran importancia, ya que puede abrir el
camino para que en un futuro no muy lejano las parejas del mismo sexo disfruten
de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos de este país.
DOMA define el matrimonio como la
"unión entre un hombre y una mujer", y no permite que las parejas gay
disfruten del reconocimiento legal a nivel federal, y por ende no se favorezcan
de los más de 1,300 beneficios que les otorga la ley del matrimonio a las
parejas heterosexuales.
Y aunque DOMA no prohíbe expresamente
que los estados permitan el matrimonio gay, el no reconocer a nivel federal las
uniones que se consoliden en estados donde los gay sí se pueden casar, representa
un acto de discriminación con este grupo de la sociedad en relación al resto de
la población.
Y es precisamente esa discriminación de
DOMA lo que llevó a la lesbiana neoyorquina Edith Windsor a iniciar una lucha
legal para conseguir el reconocimiento de su matrimonio con Threa Spyer. Y esa lucha
llega hoy hasta la máxima instancia judicial de este país.
Windsor, de 83 años, se casó en el 2007 con
su pareja con quien llevaba 44 años. La ceremonia se celebró en Canadá, debido
a que todavía en Nueva York no se permitían los matrimonios gay. Luego de cuidar
a Spyer has que falleciera, Windsor se convirtió
en su hereda inmediata, y por eso tuvo que pagar más de $350,000 en impuestos
federales, algo que no hubiese ocurrido si el Gobierno federal reconociera su
matrimonio.
Y aunque
la Corte Suprema podría fallar que es muy pronto para tomar una decisión sobre
el matrimonio gay a nivel nacional, y dejar que sean los estados los que sigan
tomando decisiones sobre estas uniones, el movimiento por conseguir el
reconocimiento federales debe continuar. Esta es una lucha que busca lograr la
igual bajo las leyes como el resto de los ciudadanos de este país. No se trata
de imponer nuestro estilo de vida al resto de la población, o despreciar las creencias
religiosas de los demás.
Ya nueve estados en el país han aprobado
leyes que reconocen los matrimonios gay: Nueva York, Iowa, Washington, Nuevo
Hampshire, Connecticut, Maine, Massachusetts, Maryland y Vermont, además del
Distrito de Columbia en la capital.