sábado, 22 de junio de 2013

Latinoamérica empieza a darle el “sí” a los matrimonios gay





Nueva York – El debate sobre los matrimonios gay está en su momento más álgido en Estados Unidos, donde la Corte Suprema de Justicia está a punto de tomar una decisión de trascendencia histórica en este particular. Pero el asunto sobre si se debe o no reconocer estas uniones se ha convertido en un tema mundial, ya que muchos países en la actualidad también están discutiendo propuestas legales que han encendido los ánimos de la sociedad, al tratarse de un tema que genera fuertes pasiones entre los que se oponen y los que lo apoyan.


Y Latinoamérica no escapa a esta realidad. Aunque la oposición a los matrimonios gay tiene sus fundamentos principalmente en la religión, y es la Iglesia Católica la principal defensora de la idea de que el matrimonio debe ser sólo entre un hombre y una mujer, dos de los países con las mayores poblaciones católicas del mundo, Brasil y México, están entre los primeros que han aprobado medidas en América Latina para darle el “sí” las uniones gay. 


En Latinoamérica tres países ya han aprobado leyes que reconocen el matrimonio gay: Argentina, Brasil y Uruguay, mientras que en México solamente es legal en el Distrito Federal y en el estado de Quintana Roo.
Argentina fue el primer país latinoamericano en aprobar los matrimonios gay en el 2010. Sin embargo, desde antes ya eran legales en la capital del país (al igual que ocurre ahora con la Ciudad de México).  El segundo país de la región en reconocer estas uniones fue Uruguay, que aprobó una ley el pasado abril, aunque desde el 2008 reconocía las Uniones Civiles.


Y fue Brasil, a pesar de contar con la mayor población católica de todo el planeta, el que se convirtió en el tercer país de América Latina en aprobar los matrimonios gay el pasado 15 de mayo. En esa fecha, el Consejo Nacional de Justicia aprobó una resolución que legaliza estas uniones. La decisión, que todavía puede ser apelada ante el Tribunal Supremo, estipula que todos los registros civiles del país estarán “obligados” a convertir las “unión estable entre dos personas del mismo sexo”, que ya eran legales desde el 2011, en un matrimonio con todas las de la ley, si así lo solicita la pareja. 


En el caso de México, el otro país con una gran población católica, los matrimonios gay son legales en dos de las 32 entidades federativas que integran la República: el Distrito Federa y el estado de Quintana Roo. En el 2010, en un caso legal sobre la modificación del Código Civil del Distrito Federal, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que era inconstitucional no permitir estas uniones y también determinó que el resto de las entidades federativas mexicanas estaban obligadas a reconocer la legalidad de los  matrimonios que se realicen en el DF. Por su parte en Quintana Roo, desde el 2011 también se comenzaron a realizar los matrimonios gay.




En cuanto al resto de América Latina,  hay países como Colombia donde se han dado algunos avances para reconocer las uniones de las parejas gay, aunque todavía no se otorgan todos los derechos que ofrece el matrimonio como tal. 


Precisamente en Colombia se aprobó el pasado 20 de junio una especie de “contrato” para reconocer estas uniones, lo que ha sido criticado por los defensores de los derechos de la comunidad gay. Estos contratos fueron creados por notarios, luego que la Corte Constitucional decidió no fallar sobre una demanda para aprobar los matrimonios gay en este país, y dejó esa decisión al Congreso. Sin embargo, los legisladores rechazaron el pasado abril un proyecto de ley para reformar el Código Civil e incluir el término de “unión de parejas del mismo sexo”.




               

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