viernes, 31 de mayo de 2013

Una de cal y otra de arena





Mientras en muchas partes del mundo como Francia y varios estados de Estados Unidos se han aprobado leyes para que las personas gays cuenten con los mismos derechos que el resto de los ciudadanos, como la posibilidad de casarse con el ser que aman, en otros lugares está ocurriendo todo lo contrario, se están tomando medidas que colocan a los gays en la misma categoría de criminales.


Este es el caso de Nigeria, donde ayer los legisladores aprobaron una ley para prohibir los matrimonios gay y la formación de organizaciones que trabajen en apoyar los derechos de esta comunidad. Y lo peor, es que aquellos que no respeten la medida serán castigados con penas de hasta 14 años en la cárcel.


Lo que está ocurriendo en este país africano es el resultado de un fuerte movimiento homofóbico, que busca criminalizar a las personas gays, y que incluso cuenta con el apoyo del propio presidente de esta nación, Goodluck Jonathan.


La radical y retrógrada medida aprobada en Nigeria va en contra del derecho fundamental que tiene cualquier ser humano de tomar, con libertad, las decisiones que afecten su propia vida. Pero la ley no solo contempla penalizar a las parejas que se casen, sino también a los que se presten a ser testigos de sus uniones. Para aquellos que apoyen o participen en el casamiento como testigos, la pena de cárcel podría llegar hasta los 10 años.


Las relaciones gay en Nigeria están prohibidas desde la era de la colonia británica. Los gays no son solamente abiertamente discriminados, sino que también son constantes víctimas de abusos. Y lo más triste de esta realidad, es que la principal razón para que las personas gays sean tratadas como ciudadanos de segunda clase, es el fanatismo religioso. Los 160 millones de personas que viven en este país están divididos entre cristianos y musulmanes.


Nigeria es sin duda un ejemplo lamentable de la irracionalidad que se vive en muchos otros países africanos donde también se castiga a los gays con la cárcel como si fueran criminales. Ojalá que algún día aprendan del ejemplo que se está dando en otros rincones del mundo, donde se ha abierto una nueva era de tolerancia.

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